¿Por qué bostezamos durante el yoga?

El cuerpo va cambiando de marcha, entrando en un estado de calma y equilibrio que pocas actividades pueden conseguir.

Lo confieso, la primera vez que bostecé durante una clase de yoga, me pilló desprevenido. ¿No se supone que bostezar significa aburrimiento o cansancio? Pero con el tiempo, me di cuenta de que es señal de que el cuerpo está cambiando de marcha, entrando en un estado de calma y equilibrio que pocas actividades pueden lograr.

Cuando practicamos yoga, nuestra respiración se ralentiza, nuestro metabolismo se ajusta e incluso nuestra temperatura corporal desciende ligeramente. Es como si el cuerpo se apaciguara, avisándonos de que todo está bien.

Cuando practicamos yoga nuestro metablismo se ajusta a un ritmo más lento.

Por otro lado, cuando practicamos ejercicio físico tradicional, ocurre lo contrario: respiramos más rápido, el metabolismo se acelera y el cuerpo se calienta. Esta es una de las principales diferencias entre el yoga y otras actividades físicas: mientras que el ejercicio convencional promueve el catabolismo, la descomposición de los tejidos para obtener energía, el yoga no causa catabolismo muscular si se practica de forma equilibrada.

El yoga por sí solo no provocará catabolismo, a menos que:

• Estás en un déficit calórico severo.

• No estás consumiendo suficiente proteína.

• No estás descansando lo suficiente.

Además, las posturas de yoga tienen un propósito más profundo. Cada una está diseñada para afectar nuestras glándulas, órganos internos e incluso la actividad electroquímica de nuestro sistema nervioso. Todo esto contribuye a una relajación profunda, que a menudo se manifiesta como un bostezo. Ese pequeño gesto, que parece tan simple, es en realidad la adaptación de tu cuerpo, encontrando el equilibrio entre la necesidad de oxígeno y la calma interior.

Cuando practicas yoga tu cuerpo esta encontrando balance entre la necesidad de adquirir oxigeno y la calma interior.

Así que si bostezas durante tu práctica, no te preocupes. No significa que te falte energía o interés, sino que tu cuerpo está respondiendo de forma natural, buscando la armonía. Me gusta verlo como un recordatorio de que estoy en el camino correcto, conectando con mi respiración, mi cuerpo y el momento presente.

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